Después de dos años muy difíciles para el sector marcados por la pandemia, la vuelta a la normalidad comienza a ser un hecho y cada día va aumentando el número de congresos celebrados de manera presencial.
Sin embargo, el Covid ha provocado una repentina evolución de los eventos.
Los congresos son un elemento de comunicación esencial para las empresas y asociaciones. Son un instrumento clave para nutrir las relaciones con el resto de profesionales, una oportunidad única para estar al día sobre las novedades del sector y para establecer nuevos contactos con el objetivo de diseñar nuevas líneas de investigación y desarrollo.
El crecimiento que estaban experimentando los congresos en los años previos a la pandemia era exponencial. Ese incremento de encuentros estaba unido al desarrollo científico, tecnológico y saludable, tres sectores claves generadores de congresos gracias a la necesidad que tienen de realizar ponencias, debates y programas de formación para intercambiar ideas y avanzar.
El impacto de la pandemia provocó que la industria MICE tuviera que adaptarse a una nueva realidad, donde el entorno online era el elemento principal.
Si bien la presencialidad es un valor insustituible, los congresos online tienen sus ventajas:
Pero, si algo han demostrado estos dos años es que el valor de los encuentros cara a cara es irreemplazable, ya que los congresos online tienen limitaciones a la hora de practicar networking.
Por ello, se vuelven a retomar los formatos presenciales, aunque sin dejar de lado los congresos híbridos, que combinan las ventajas sobre las que hemos hablado anteriormente con la posibilidad de verse en persona.